sábado, 24 de marzo de 2018

¿Seguimos siendo una nación de Caudillos?

“Aunque muchas personas han proclamado que ya no somos más una nación de caudillos (especialmente después de las memorables e hipócritas palabras de Plutarco Elías Calles en su último informe presidencial: <dejaremos de ser una nación de caudillos para ser una nación de instituciones> ), es evidente que los <hombres providenciales> aún rondan por la escena pública -y rondarán mientras más personas ignorantes y desesperadas existan-. Pero cómo no iba a ser así? Antes que alejar para siempre este auténtico maleficio social, el régimen revolucionario que durante setenta años atenazó las libertades políticas de los mexicanos no hizo sino arraigar más aún la perversa aceptación, o al menos la inclinación de estos a la veneración del caudillo. Qué acaso no fueron los presidentes del priismo verdaderos caudillos sexenales -por no decir caciquea, como lo son hoy los mismos gobernadores de los estados-? No perfeccionaron los mecanismos de sujeción de todo el aparato político a una sola persona, en este caso el tlatoani sexenal en turno?
Lo cierto, sin embargo, es que tras 70 años de <ductadura perfecta>, en franca traición a los postulados de la revolución que le dio origen, los mexicanos aún seguimos esperando a nuestro salvador, al líder máximo que resuelva nuestros problemas, al caudillo que piense por nosotros y nos conduzca al paraíso anunciado.”
Francisco Martín Moreno, 100 Mitos de la historia de México 2, pag 57-58

Sobre aviso, no hay engaño.

domingo, 11 de marzo de 2018

100 Mitos: Los españoles nos conquistaron

"Efectivamente, hoy casi todos los mexicanos afirman que los peninsulares nos conquistaron, y como prueba de ello nos hablan de la caída de Tenochtitlán a manos de las tropas de Hernán Cortés.
Sin embargo esta idea es totalmente falsa, pues los conquistadores de estas tierras fueron los propios indígenas, quienes participaron, cuando menos, en dos grandes campañas militares.

La primera conquista: Tenochtitlán

Sostener que los aztecas fueron derrotados por los españoles es ridículo, pues las tropas comandadas por Hernán Cortés resultaban tan poco numerosas que no eran capaces de vencer en combate a los habitantes de las comunidades del lago de Texcoco, muy poco o nada podían hacer los menos de 700 españoles en contra de los casi 700,000 habitantes de esta región. Por lo tanto podemos afirmar que la derrota de los antiguos mexicanos ocurrió por tres causas precisas: la epidemia de la viruela que diezmó a la población de Tenochtitlán, las creencias religiosas que convirtieron en dioses a los recién llegados y la invaluable colaboración de muchos indígenas que se sumaron a los peninsulares para liberarse del yugo que les habían impuesto a los aztecas.

La segunda conquista: el norte indómito

Aunque en muchos documentos de la conquista se afirma que las expediciones militares tenían como fin ¨reducir a los infieles¨ para transmitirles la ¨verdadera religión ¨, la realidad es que tanto la Iglesia católica como La Corona española buscaban aumentar la extensión de sus dominios y, sobre todo, enriquecer sus arcas. El 8 de Septiembre de 1546 Juan Tolosa dio un giro a la historia al descubrir los yacimientos de plata de Zacatecas. La riqueza que contenía La Bufa parecía inconmensurable y anunciaba que allá, en el norte del mismísimo reino, estaban las minas que podrían satisfacer los deseos de la iglesia y de la corona.
De nueva cuenta se presentaba un grave problema para los españoles: ¿cómo conquistar a los chichimecas, pueblos tan aguerridos con un puñado de soldados que eran superados en número y quizás destreza? La respuesta no se hizo esperar: los clérigos y los conquistadores decidieron aplicar una solución muy parecida a la que emplearon contra los aztecas: enfrentar a los indígenas contra los indígenas. Sin embargo, en esta ocasión no podían aprovecharse del odio que sentían algunas comunidades contra sus enemigos, pues los chichimecas no representaban ningún problema para la mayoría de los mesoamericanos, por lo que tanto los soldados como los sacerdotes invocaron un nuevo principio legal: el vasallaje. Efectivamente, los pueblos dominados por ellos estaban -legalmente- obligados a defender a sus explotadores, de tal modo que los indígenas capaces de tomar las armas fueron enrolados en los ejércitos que partirían al norte para -reducir- a los chichimecas.

Podemos aceptar, entonces, que la conquista de nuestro país la llevaron a cabo los propios indígenas. ¡México fue conquistado por los mexicanos! ¡La conquista la realizaron los indígenas! Y para mayor sorpresa, nuestra independencia la llevaron a cabo los españoles!"

Extracto tomado del libro 100 mitos de la historia de México
De: Francisco Martín Moreno.
Página 69




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